Diferentes versiones de cuento fantástico

 Versión 1: Ciencia ficción


Desperté con pesadez sentada en una silla, sobre un banco. No me tomó mucho, darme cuenta que estaba en la escuela. Miré a mi alrededor, notando que mis tres amigas estaban en la misma situación que yo. Las luces titilaban, las sillas, los bancos, el piso, todo estaba sucio. Había un líquido pegajoso en el piso y no se escuchaba nada. Salimos de nuestro salón, muy confundidas por la situación. No había más nadie allí.


Seguimos caminando por el pasillo, bajamos por las escaleras y corrimos hasta la salida, algo estaba muy mal. A pesar de nuestra fuerza, la puerta estaba cerrada y se acercaba alguien, o algo hacia nosotras, podíamos escuchar sus grandes pisadas y sus jadeos monstruosos. Y no había forma de escapar.


Nos dimos vuelta, completamente aterradas, sin querer ver, pero a la vez, demasiado curiosas. Muy cerca de nosotras, tan solo a pocos metros, visualizamos una gran criatura negra, podría decirse, que era una especie de araña gigante, pero con grandes colmillos y ojos atemorizantes. Estaba revolviendo la basura de uno de los tachos con violencia.


Una de mis amigas, fue la primera que reaccionó, se fue corriendo en silencio de vuelta hacia la escalera y todas las seguimos con cuidado. Subimos con rapidez, escondiéndonos del monstruo. 


-Tenemos que bajar por la otra escalera y salir por la puerta del gimnasio- sugerí, pensando que quizás era la mejor opción.


Las tres asintieron con desesperación y cruzamos el pasillo con velocidad hasta el final para bajar. Lo hicimos con nuestra respiración acelerada y con adrenalina, sabiendo que podríamos lograr huir. Pero, por el pasillo de abajo, se nos apareció la criatura, quizás la misma, quizás haya dos, quizás haya veinte. No lo sabíamos, y todos esos pensamientos, eran lo suficientemente aterradores. 


El monstruo, claramente, nos vio y se acercaba a nosotras haciendo sonidos dignos para sentir terror en todo el cuerpo. No sabíamos que hacer, estábamos acorraladas, congeladas ante la situación. Era el fin.


Cuando ya estaba lo suficientemente cerca de nosotras como para matarnos, levanté la mano inconscientemente y, de la nada, la criatura salió volando muchísimos metros por el aire, hasta incrustarse en la pared del final del pasillo, quedando inmovil.


Mis amigas (y yo también), me miraron muy sorprendidas.


-¿Hiciste eso?- me preguntó una de ellas, agarrando mi mano e inspeccionándola.


-No… No sé- respondí extremadamente confundida.


-Fuiste la única que tocó este líquido del piso- empezó otra- Te vi en el salon. Debe tener algún químico…


-¡Tenés poderes!- exclamaron las tres.


-Cierto o no, estamos vivas.



Versión 2: Realismo/Suspenso


Desperté con pesadez sentada en una silla, sobre un banco. No me tomó mucho, darme cuenta que estaba en la escuela. Miré a mi alrededor, notando que todos mis compañeros estaban en la misma situación que yo. Las luces titilaban, las sillas, los bancos, el piso, todo estaba sucio, había vidrios rotos por el salón, un líquido pegajoso en el piso y no se escuchaba nada en todo el edificio.


Ninguno parecía comprender lo que estaba pasando. La cabeza me dolía como nunca antes y no recordaba que había pasado en las últimas dos horas, al igual que todos, aparentemente.


Inspeccionamos el salón con atención, hasta que me enfoqué en el pizarrón. Había letras y números, parecían ser cálculos matemáticos, más bien… químicos. Tuve una especie de flashback, algo confuso, pero entendible gracias a eso. 


El experimento que hicimos hoy como tarea con nuestra profesora. Por lo que veo, algo salió terriblemente mal. Algo quizás explotó, e inhalamos algo, tal vez toxico, que nos dejó inconscientes unas horas y con una pequeña amnesia.


La pregunta era: ¿Dónde está toda la escuela? ¿Dónde está la profesora?



Versión 3: Realismo


Desperté con pesadez sentada en una silla, sobre un banco. No me tomó mucho, darme cuenta que estaba en la escuela. Miré a mi alrededor, notando que mis tres amigas estaban en la misma situación que yo. Las luces titilaban, las sillas, los bancos, el piso, todo estaba sucio. Había un líquido pegajoso en el piso y no se escuchaba nada. Salimos de nuestro salón, muy confundidas por la situación. No había más nadie allí.


Seguimos caminando por el pasillo, bajamos por las escaleras y corrimos hasta la salida, algo estaba muy mal. A pesar de nuestra fuerza, la puerta estaba cerrada y se acercaba alguien, o algo hacia nosotras, podíamos escuchar sus grandes pisadas y sus jadeos monstruosos. Y no había forma de escapar.


-¡Corte!- exclamó el director. Nos relajamos de nuestra posición y él se acercó a nosotras- Muy bien, chicas. Tómense diez.


Caminamos hasta nuestras sillas en el set y yo tomé un gran trago de agua. Amo hacer películas de acción, pero me agotan bastante. Agarré el libreto para repasar algunas cosas para la próxima escena, hasta que escuche a una de mis compañeras hablar.


-No quiero ni imaginar como sería esto si pasara en serio.


-Técnicamente, nuestro trabajo es imaginarlo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta a Luciano Pavarotti

Analisis de crónicas

Historia con objeto prohibido