Crónica de la feria del libro

El poder de los lectores


La feria del libro, Argentina 2023. Un mundo de personas, un mundo de espectadores, un mundo de lectores y escritores.


Este año, 2023, como todos los anteriores, la feria del libro se realizó en La Rural, un complejo muy grande apto para la cantidad de gente que siempre se presenta a este evento cultural en Buenos Aires. Este es el quinto año que voy a la feria, y el ambiente sigue sin decepcionarme. Me encanta estar en un lugar, donde sé que cualquier lector puede sentirse cómodo. Yo, por mi parte, siempre me siento bien con tan solo poder caminar entre libros, viendo las diferentes tapas, leyendo los diferentes títulos. 


En cuanto a organización, estuvo todo muy bien y mejor distribuido que años anteriores. Había más lugar para caminar, pese a la cantidad de gente que había (era mucho más de lo que esperaba), se veían mejor los stands y no era tan fácil perderse entre las personas con las que fuiste o mezclarte entre la gente.


Siempre tuve stands específicos que tengo que visitar, mis favoritos: V&R y Cúspide. Al primero que entré fue a la editorial de V&R, a pesar de que había mucha gente adentro. En esta, están los libros de mi autor favorito y he conseguido libros increíbles en otros años. Pero, esta vez, no tuve suerte de ver algo que me gustara lo suficiente para comprarlo.


Yo tengo una forma muy particular de elegir qué libro comprar, no solo en la feria, sino en cualquier librería. A mi no me interesa ni la tapa, ni el título, y muchas veces, ni siquiera la sinopsis. Un libro tiene que “llamarme”, es un sentimiento raro, pero real. Hay libros, que simplemente no me convencen cuando los agarro, y otros, que sé inmediatamente que voy a comprarlos cuando los veo a lo lejos en la estantería. 


Después de caminar varios minutos, me encontré con Cúspide, había cola para entrar, nunca me había pasado, pero de todas maneras, esperé. Mientras estaba ahí parada, podía ver los libros adentro y, a simple vista, no parecía haber nada que me interesara. No fue tanto tiempo y conseguí entrar con rapidez. Estuve bastante recorriendo por el stand, a pesar de que no era tan grande, pero no conseguí nada tampoco. Hasta que vi, el libro de Jennette McCarthy “Me alegro que mi mamá haya muerto”, es un libro de una actriz de mi infancia, que cuenta el abuso recibido por su madre y por el creador de la serie en la que estaba. Ya sabía cuál era el libro, y es cierto, que fui con la idea de comprarlo si no encontraba nada más. Pese a que la conozco desde hace muchos años como actriz, me intrigaba saber como sería como escritora. El título, obviamente, ya es muy fuerte y muchas personas quizás lo tomaron como algo ofensivo, en vez de humorístico. De hecho, la tapa me parece lo más interesante y original, en ella, se ve a la actriz sonriendo con una urna rosa en la mano, de la cual sale confeti, haciendo referencia a las cenizas de su madre. En la parte de atrás había reseñas increíbles, halagando la escritura y su manera de contar algo tan trágico de una manera humorística. Finalmente, me decidí por ese.


Seguí caminando, mirando algunos stands desde lejos, recorriendo ese mundo de libros que tanto me encanta y el día llegó a su fin. No estuve mucho más de dos horas. Mi tradición siempre es llevarme, al menos un libro de la feria, y como esa tarea ya estaba hecha, pude recorrer con más tranquilidad.


Algo que me llamó la atención este año de la feria, fue que había muchísimos stands de teología que antes no estaban y también muchísima más variedad de libros con respecto a géneros y ediciones diferentes de varios clásicos. 


Cada año, la feria del libro me sorprende más, porque a pesar de que haya mucha gente que diga que a los jóvenes en general no les gusta leer y también con el avance de la tecnología en general, este evento se sigue haciendo cada año más grande. Al cual va más gente y hay muchísimas más actividades y escritores importantes vienen a visitarla. Con esto, veo el gran poder que tenemos nosotros como lectores, al impulsar este tipo de cosas, no solo en Argentina, sino en otros diferentes países de Latinoamérica y cada vez con mayor magnitud.


Estos son los momentos en los que más me gusta ser una lectora y una escritora.


 

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